martes, 27 de octubre de 2009

Vínculos




"Qué significa "domesticar"? —volvió a preguntar el Principito.



—Es una cosa ya olvidada —dijo el zorro—, significa "crear vínculos... "



—¿Crear vínculos?



—Efectivamente, verás —dijo el zorro—. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...



—Comienzo a comprender —dijo el principito—. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado...



—Es posible —concedió el zorro—, en la Tierra se ven todo tipo de cosas.



—¡Oh, no es en la Tierra! —exclamó el principito.



El zorro pareció intrigado:



—¿En otro planeta?



—Sí.



—¿Hay cazadores en ese planeta?



—No.



—¡Qué interesante! ¿Y gallinas?





—No.



—Nada es perfecto —suspiró el zorro.



Y después volviendo a su idea:



—Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sol. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.



El zorro se calló y miró un buen rato al principito:



—Por favor... domestícame —le dijo.



—Bien quisiera —le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.



—Sólo se conocen bien las cosas que se domestican —dijo el zorro—. Los hombres ya no tienen

tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!



—¿Qué debo hacer? —preguntó el principito.



—Debes tener mucha paciencia —respondió el zorro—. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...



El principito volvió al día siguiente.



—Hubiera sido mejor —dijo el zorro— que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón



—¿Qué es un rito? —inquirió el principito.



—Es también algo demasiado olvidado —dijo el zorro—. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.



De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando el día de la partida:



—¡Ah! —dijo el zorro—, lloraré.



—Tuya es la culpa —le dijo el principito—, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...



—Ciertamente —dijo el zorro.



—¡Y vas a llorar!, —dijo él principito.



—¡Seguro!



—No ganas nada.



—Gano —dijo el zorro— he ganado a causa del color del trigo.



Y luego añadió:



—Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.



El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:



—No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros.



Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.



Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:



—Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.



Y volvió con el zorro.



—Adiós —le dijo.



—Adiós —dijo el zorro—. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple : sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.



—Lo esencial es invisible para los ojos —repitió el principito para acordarse.



—Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.



—Es el tiempo que yo he perdido con ella... —repitió el principito para recordarlo.



—Los hombres han olvidado esta verdad —dijo el zorro—, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa...



—Yo soy responsable de mi rosa... —repitió el principito a fin de recordarlo.







ANTOINE DE SAINT - EXUPERY

domingo, 15 de junio de 2008

1- pisa fuerte!




Estaba tumbada boca arriba en mi cama, perdiendo el tiempo en las causas imposibles, en sitios que ya no existen, en palabras que no dijiste y en las que me clavaste.
Hacía días que lo sabía, lo notaba…
Estúpida, ¿qué esperabas?

“tengo que encontrar el paraguas de una puñetera vez” me gusta mojarme, es verdad: me gusta andar por la calle como si nada, debajo de la lluvia, mientras los demás corren y pensar que son ellos los estúpidos.

Sabía todo lo que tenía que hacer y no hacia, pero…las cosas, se hacen por algo ¿verdad? Supongo que no tenía los pies en la tierra, porque de haberlos tenido, habría seguido mi rumbo. O puede que quizás solo sea un alto, una paradita, de esas que tienes que hacer siempre.
En el fondo es bueno parar el ritmo: siéntate y ¿por qué no? Échate un cigarrito, que el humo difumine la mierda que ves. Así lo hice, y sigo quieta, sentada, viendo como todo pasa; odiándome tanto...
Mientras estaba sentada, en otoño, llegó un aire nuevo, lo llaman cierzo. Para mí no era tan nuevo; ya me habían dicho que era muy frío, pero que si eras capaz de respirarlo siguiendo su ritmo, acababa moviéndote, te contagiaba su espíritu y lo recordarías siempre. Puto cigarro…apenas lo respiré; pasó delante mío insinuándose, encandilándome con su seseo de serpiente y sin llegar a poseerme, dibujó delante de mí remolinos que me amenazaban y nunca me tocaban.” Deja de chulearme, si me vas a dar, dame de una vez”
Ahora viene lo de las hojas, tan secas, tan muertas…vuelan a merced del viento y arrastran con ellas tierra, las detesto. Mientras las veía bailar para mí, fui un obstáculo para alguna de ellas y lo cómico de nuestro choque se me antojó más aún, porque nadie me veía, porque estaba ahí sola y me dio por reírme.
Amaneció con la escarcha atacando mi piel, irritándome, deshaciéndose cuando el sol ya había despuntado y dejándome el frio en los poros. ”Prepárate”
Ese frio me prepararía, para que cuando llegara el invierno no me doliera tanto, porque el sol ya no pasaría tanto rato alumbrándome y cambiaría su color. Pero me revelé contra ese frio que pretendía hacerme inerte y luché para que no penetrara demasiado hondo. A pesar de ello día tras día, el sol cambió su rumbo ante mis ojos que todas las mañanas lo esperaban en el mismo punto y lo despedían también, en el de siempre, aunque no estuviera ahí y yo pareciera una loca.
El invierno me llegó, cubrió de blanco todo el paisaje, ya no veía los limites que antes habían sido mi horizonte y lamenté amargamente no haberme helado antes. Finalmente descubrí la tranquilidad con la que los copos van colmándote y poco a poco se hacen más pesados. Van abatiéndote con su carga mientras dejan que sientas que ciertamente, en ese momento nada mas te calienta; que son el aplomo que te mantiene vivo.
Es largo el invierno, pero se hace eterno.
Ese tiempo…al fin y al cabo, no es perdido ¿no? Es parte del camino que tanto costó emprender y que aunque lo creas, no has abandonado.
La nieve se la llevó la lluvia que caló mis huesos y quizás yo ya no sería la misma, pero vi que las flores habían crecido muy deprisa y yo seguía quieta.
Es hora de levantarse y hacer caso omiso de los músculos entumecidos, de las articulaciones que chirrían escalofriantes, ”Dicen que va a costar engrasar la maquina”, pero lo haré en el camino, sobre la marcha.

viernes, 13 de junio de 2008

zzZZzZz

Según el libro “Conocerte, guía de interpretación de los sueños” que tengo secuestrado en mi casa desde hace…buff (por cierto Sari, que sepas que sufre síndrome de Estocolmo; me quiere a mí y ya no quiere volver contigoo ¡ñañañaña! Jajaja, que no tontii, que te lo devuelvo ya lo sabes ;) )
Como decía, según este tochazo, capaz de causar graves lesiones si fuera usado como arma, si quieres descansar bien y tener sueños certeros debes apoyarte sobre el costado derecho (como consejo personal: si te duele la espalda mejor ponte boca arriba, si no estás acostumbrado cuesta, pero es lo mejor), ahora bien, debes acostarte de lado derecho porque “permite utilizar durante el sueño la influencia positiva del magnetismo que todos poseemos” y porque “ya en la antigüedad se afirmaba que, para tener sueños certeros, había que dormir sobre le costado derecho” ¿¿Eing?? ¿Razones de peso verdad? Yo sigo diciendo lo mismo, ¡boca arriba neness!
La cosa sigue, no vale con dormir apoyados en el costado derecho, no no, la cama tiene que estar orientada en la dirección norte-sur “de modo que el cuerpo este situado a lo largo de la línea magnética terrestre” y para que la el ritual este más completo recomiendan “eliminar la electricidad estática antes de acostarse; para ello basta con sumergir las manos durante unos segundos en agua corriente” siempre me ha gustado hacer eso con agua bien fría, que gustirrinin jeje, hubo una temporada que hasta en invierno lo hacía, porque así me despejaba por la mañana y al final acababa con los brazos debajo del agua también.
“Para despertarse a voluntad hay que visualizar antes de que nos venza el sueño, la hora a la que nos queremos despertar. Por lo general es útil imaginar un gran reloj, con grandes números y disponer (con el pensamiento) las agujas en la posición deseada. Hay que repetir esta operación por lo menos tres veces.” No se si funcionará…en mi caso he pasado de despertarme siempre justo un minuto antes de que sonara la alarma, y si m la ponía 10 minutos más, volverme a despertar al cabo de 9, a llegar a tener 4 alarma y no enterarme de ninguna…dos despertadores y nada…en fin, preocupante.
Bueno, todo esto era más que nada para deciros que me he vuelto una dormilonaa ¡por fin! Antes no dormía nada, nada de nada y ahora…da gusto oye :D
En este libro también hay un apartado sobre la relación entre la numerología de los sueños y el número de la lotería…eso ya sí que no lo pongo porque me parece demasiado estúpido.
Ayer jugué a la lotería por primera vez y como podréis imaginar…además tampoco tenía esa ilusión…esa lucecita dentro que te dice que a lo mejor si, ya se que tampoco quiere decir nada y mira que no creo en el destino, pero por eso mismo, no me fio de él.
Otro día jugare, pero a la once o algo así, que la primitiva no me motiva.
Quería renovar con algo de Eva hache, pero lo hare en otro momento.
3 exámenes :S:S:S
Mucha suerte a todos!